Respiros

Tomas las palabras de los otros Punto das vuelta a las hojas, ¿Hasta cuanto seguirás caminando en terrazas? Nueva portada, respiras. Danza del teclado impaciente de movimiento, Calor en tu rostro, Deja de robar. Nunca sabes hasta cuando los libros desaparecerán, interfaces de elegantes pantallas se sumergen al inconsciente. Hoy escucharas música

Listo. La formula está escrita en tu mano, mala la costumbre del aseo antes de olvidar, suspiros resbalan en tus pulmones, pronto se volverán magnéticamente atrayentes, la ira es algo tan gracioso por las noches. Censuras tus pasos.

Despiertas, la mañana fue tan amable, café en tu esófago, moléculas hiperactivas atacan tu sistema, nueve en punto tiempo de baño, jamás te gusto algo tan puro cayendo en tu espalda. Viento sorprende tu desnudes, ojala hubieras cerrado la ventana, furor de primavera en los ojos de la del otro cuarto, o quizás no.

Quiza

Quizá este muerto, hace varios días que me disparo en cuentos, escojo el final más dramático en cada escena. Un simple clic y Bam Bam, muerto en la infinita rueda de pensamientos, Con los ojos puestos al firmamento y un cuerpo inútil. Quizá ya esté muerto.
Hoy es un día particularmente visceral, Me levante. Comí lo primero que vi. El sabor desde hace un tiempo siempre es plástico. Mire adentro del sombrero. Nada. Me lo puse. Aún nada. Baje las escaleras. Vi mi reflejo en los cristales rotos. Abrí la puerta. Viento golpeando mi rostro.
Tome el camión indicado, bueno eso al menos pensé. Subí. Las miradas de los ahí sentados sobre mi. Solo soy una envolvente no se que tanto ven. En un parpadeo me perdí unos segundos. Tuve que despertar. El camión se tambaleaba. Mi cuerpo no tenía la menor idea del porque se movía. Yo si. Me sentí al igual cada vez que despierto.
Los aromas de los ahí congregados era desde una loción hasta el natural transcurrir humano. Los lugares que están al lado del pasillo estaban habitados por seres extraños. Era todo un desfile de madres, ebrios, somnolientos y niños. El simple decir “con permiso” y sentarme. Se volvió una especia de tortura. Por lo que todo el camino mi cuerpo tambaleo. Un freno y ahí voy, un alto y por suerte no caí.
El tiempo indicado y el lugar correcto. Hice sonar aquel timbre rojo. Tizz Tizz. El conductor no paró hasta dos cuadras después. Quizá le gusta el sonido del timbre repicar una y otra vez en su oído. Baje. Caminar otra vez.
El parque se ilumina con especial luz en las mañanas. Aunque este día tenía un pequeño destello a sepia. Parecía una imagen olvidada en el armario de un abuelo. De mi abuelo quizá. Escuche las risas de los niños ahí congregados. Estaban jugando a la guerra. Otros más apartados dibujaban. Es interesante ver como un lápiz puede convertirse de un objeto liberador, a cadenas conforme creces.
Llegue a donde decía el pequeño mapa improvisado en una servilleta. Otra vez más seres extraños, solo que ahora todos de uniforme. Trajes de colores obscuros. Congregación de corbatas. “Hola buenos días ¿puedo atenderlo?” “Aunque que quisieras” supongo que tomo mal el comentario. Hizo una mueca y siguió en sus papeles. Camine hasta la caja de elevación. Quinto piso.
Por fortuna no había nadie más. En esta mañana de trayectos por fin tuve unos minutos sin tumultos silenciosos. Se abrieron las puertas. Comencé a buscar la salida hacia el techo. Por fin la encontré. Otra vez el viento sopla.
Cuando estaba al borde del vacío y de saltar. No pude dejar de embriagarme con el vértigo. Tanta fue mi éxtasis, que ahora me di cuenta que el final más dramático no es el saltar sino el mantenerse con vida, aunque después de todo quizá ya este muerto.

Poema

Cadenzas, Cadenzas, Cadenzas , cada una anuncian la búsqueda de una nota:

Por un segundo absoluto reí y calme mis demonios en tus vísceras,

Segundo absoluto de libertad y sueños fugaces.

Segundo absoluto por el cual reconocí lo inocente y despiadado de mis acciones.

Segundo absoluto de entelequia venciendo lo banal.

Segundo absoluto donde interrogue mis fantasmas en tu ombligo.

Calderón y tu risa, última nota.

Imagenes

Imágenes

Frente al vacio

Buscas diferencia entre el tuyo y el de afuera

Pensamientos se distorsionan

Las piedras te adornan como adornan a un pilar


Te vistes de madera

Los frutos caen igual que tus brazos

Una manzana reposa en tu mano


Frente al espejo

Silencio y tus ganas de salir


En el cielo

Nubes de infancia

Cohetes que vuelan

Animales chocan

Comienzas el vuelo


Frente al mar

Signos de rescate

La inmensidad a lo lejos


Sientes el odio

Muñecas quietas

Filo punzante

Miradas entrecruzadas


Frente al amor

Caricias descompuestas

Ideales conociéndose

Placeres que fugan


Pausa, silencio, azul, manzana, rescate, risas, te desconoces y prefieres seguir girando en imágenes

Surrealismo

Tomas la almohada y la arrojas al vacío

Escuchas el crujir del árbol en llamas
Recorres los labios y esperas que se fragmenten
Escupes la chispa
Caleidoscopios danzan alrededor de la ignición
Avientas tu envoltura y la ves caer
Las ramas se evaporan
Escapas del vacío, vuelas y solo te hundes en otra obscuridad
El cuerpo te sonríe y caes
Caleidoscopios bailan alrededor de la perspectiva
Sientes un fuego fatuo que te abraza te embelesa y te despide
Tu cabeza reposa sobre la almohada