Danzas paganas, un cielo que al levantar la morada procura ocultarse lo mejor posible, manteniendo distancia, siendo cauteloso, misterio, una penumbra más obscura que clara, a lo lejos los árboles se ven como sombras que por instantes emanan movimiento procuran no violentar el escenario.
Buscas en tu memoria un espacio lo suficientemente lucido para recordarlo a la perfección, el viento se diluye entre las hojas que buscan caer sin herir a la lenta danza de las hadas, que empiezan a mirarte con calma.
Crescendo, sientes una luz expandiéndose en tu interior, se agranda, los colores se vuelven más lucidos, un negro purpura y rojo brillantes, las formas se empiezan a convertirse en analogías de luz, esas ahora amorfas hadas árboles y hojas comienzan a girar, su colores se confunden entre ellos, como colores en una centrifuga lenta, te encuentras al centro.
Tus ojos quieren cooperar, brindas lagrimas a la danza, te sientes sorprendido, esperanza una suculenta esperanza, sientes como espasmos involuntarios recorren tu cuerpo sientes que los colores te abrazan, te estan aceptando, puedes comenzar a danzar en esta fiesta pagana.
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