Verde pálido con líneas simples en los bordes, ventanas amplias con un café chillante, lágrimas de personas a las cuales apenas distingo sobre mi memoria algo holgazana, sillas puestas convenientemente en filas, el espacio no permite albergar a mucha gente, el piso debe ser de un color que mis ojos no ven tan atrayente, todos en la estancia es lo único que ven, prefiero distraerme con el yeso desgastado de las paredes, se pueden ver figuras tan aleatorias como el subconsciente lo permita.
Llantos sobresalen sobre las miradas perdidas de los que hoy visten de negro, conforme me acerco a la habitación principal las caras de los que me rodean son como un desfile de jazz: hombres con gestos largos y demacrados (es como si se pudiera respirar melancolía por los ojos), otros con indiferencia, más las mujeres dejan lavar su tez con cristales líquidos debe ser eso ya que con cada una que sale de sus ojos su caras manifiestan dolor profundo quizá como el verde pálido.
Mientras me acerco un poco más al lugar principal percibo como el ambiente se nubla y respirar se dificulta es como si el viento jugara y no se dejara obtener tan fácilmente, siento un trémulo en mi interior no sé si es por incertidumbre o los cristales decidieron jugar en mis ojos, con cada paso me encuentro sumergiéndome en un … cubo obscuro no puedo explicarlo de otra forma, al entrar en él mis pestañas se cierran casi por instinto supongo que todos saben lo que pasa excepto yo, al por fin veo lo que a todo el mundo tiene consternado, una caja de madera de unos dos metros por uno, flores adornan bellamente la ornamentación del recipiente, blanco con negro combinación de colores que nunca faltan en momentos solemnes, después de contemplar la vista cierro mis párpados.
Líneas de colores tan infinitamente opuestos bailan enfrente de mí danzas de alguna forma conocidas por mí, mis brazos flaquean movimiento que mi cuerpo empieza a imitar, no me importa ya que donde estoy no los necesito, el fondo negro comienza a desplazarse por imágenes borrosas, todavía distingo ese verde pálido, figuras amorfas recorren aquellas líneas a velocidades distintas, unos más hiperactivas que otras, conforme se van acercando a mí puedo distinguir las diferentes miradas de quienes me rodearon hace un minutos atrás, silencio, mis pensamientos empiezan a girar dentro de mi suplantando a las líneas más las amorfas figuras continúan danzando.
De repente veo su cara cubierta de flores…
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