Sentada en la ventana
El vacio se convierte en progenitora
Lágrimas ornamentan tu cuello
Rosas juegan con tu piel
Compraste tu identidad con mañanas de sol
Abres las piernas con ritmo de barcarola
Tiras el cuerpo al olvido
Tu mirada ya no observa la luna
El zenit te ha abandonado
Desearías que las pupilas se deleitaran con el festín de porquería
En que te has convertido
Polvo se adentra en los huesos
Recordándote el retorno
Pides a los pulmones te respondan
No puedes gritar
El aire estrepitoso choca con tu vestido
Inmolas sueños como tributo a la existencia
Cierra la ventana
Quizá mañana recuperes algo de cordura
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